miércoles, 25 de septiembre de 2013

Capítulo 23.

Narrado por Gin.

- Que guapa está esta noche Srta. Fernández.
Y cuando dice esto me quita la mano de la boca para que pueda hablar.
- ¡¿Estás loco?! ¡¿Pero qué te pasa?!
- Sabía que por las buenas no hablarías conmigo.
- Normal, ¿puedo irme ya?- Digo yéndome hacia la puerta.
- Espera Gin.- dice cogiéndome de la muñeca.
- ¿Qué?
- No me quiero ir a Madrid sin arreglar esto Gin.
- Pues me parece que te vas a quedar con las ganas de solucionarlo.
- Venga Gin, tampoco fue para tanto.
- No ha sido una Dani ya van muchas, a parte tienes novia y entiendo que quieras estar con ella.
- Ya no.
- ¿Cómo?
- He dejado a Belén, cuando te fuiste de la discoteca con aquel chico me llene de rabia y comprendí que la única que me importas eres tú.
- Pero si besaste a Belén.
- Fue un acto de rabia, pero te juro que no sentí nada y en el momento que te fuiste la deje sabía que no podía seguir con ella.
- Ah...
- ¿Bueno entonces... Todo arreglado?
- ¿Eso es una disculpa?
- ¿Qué quieres que me ponga de rodillas y te suplique que me perdones?
La verdad es que le iba a perdonar pero esto era más gracioso.
- Sí.
- ¿En serio?
- ¿Ves que esté de broma?
- Bueno vale.
Se pone de rodillas delante de mi y me coge la mano.
- Por favor Gin perdóname he sido un cabrón un gilipollas un estúpido... Oye me puedes parar.
- A mi todavía se me ocurren más.
- Bueno el caso, ¿me perdonas?
- Bueno vale, ahora déjame que me vaya.
- Ni de coña.- me coge las piernas y me tira al suelo con el.
- Ay, me has hecho daño bruto.
- Madre mía que blanda eres.
- Pues no, imbécil.
- Oye ¿y si tu y yo pasamos de la fiesta y celebramos que estamos bien a lo grande?
- ¿A lo grande?
- Ven.

Dani me coge de la mano, salimos del cuarto de la limpieza y me lleva hasta su habitación. Cuando entramos veo una manta en el suelo con una vela en el centro y dos bolsas de Mc Donald. Suelto una carcajada.

- Me encantan las cenas de lujo de Mc Donald.
- He pedido tu hamburguesa favorita.
- ¿Ah sí?
- Carne, queso y cebolla nada más.
- Muy bien, muy bien.
- Y de postre un Mc Flurry de Kit-Kat para los dos.
- Vaya, te lo has currado.
- Si, venga que se enfría.

Nos sentamos en el suelo y empezamos a comer nuestros menús, me sentía como si nada hubiera pasado con Dani, como si volviéramos a esas citas en las que uno tenía que superar al otro.

- Una cosa, ¿cómo sabías que me iba a venir contigo?
- No lo sabía.
- Eres de lo que no hay.
- Si no hubieras venido habría tenido más cena.
- Si quieres me voy.
- No, no. Sabría que vendrías, no podrías resistirte.
- Flipado.
- ¿Qué vas a hacer estás Navidades?
- Pues supongo que estar en Madrid con mi familia.
- Yo me vendré antes, sobre el dos o el tres de enero.
- ¿Con Sam y Ángela?
- Exacto, y no se quizás podrías venirte, si quieres.
- Claro, me encantaría.
- Bueno y... ¿Tu y yo que somos ahora?- dice acercándose más a mi.
- Amigos, como antes ¿no?
- Gin, vamos tu y yo somos algo más que amigos y lo sabes.- su boca estaba a centímetros de la mía.
- Pues quizá seamos... Amigos con derecho a roce.

Justo cuando termino de decir esto noto su mano en mi nuca empujando mi cara a la suya, y empezamos a besarnos, su boca tiene todavía el sabor a chocolate del helado de Kit-Kat por lo que los besos son más dulces todavía. Nuestros cuerpos se tumban en el suelo, encima de la manta.
Los besos continúan cada vez con más pasión.
- Gin yo solo quiero que seas mía, ¿entiendes? No quiero compartirte con nadie.
- Entonces no dejes que lo haga.

Le agarro de la camisa y lo acerco de nuevo a mi volviéndonos a besar cada vez más deprisa, nuestras lenguas juegan y me empieza a quitar la camiseta y yo a le desabrocho la camisa, sus abdominales salen a la luz y empiezo a pasar sus manos por su torso desnudo y me acaricia la espalda de arriba a abajo.
Cuando mis pantalones, o mejor dicho los de Ángela, están bajando ya por las rodillas, la puerta de abre y aparecen Sam con Ángela de la mano.

- Uy lo siento chicos, no quería...
- Sam sal ya.- dice Dani.
- Voy voy.
- Lo sabía lo sabía sabía que iban a acabar así.- se oye a Ángela por detrás.
- Ángela cállate.- le digo yo.
- ¿Quieres cerrar la puerta de una vez?- dice Dani.
- Lo siento, lo siento.
Y se van los dos, Dani y yo suspiramos al mismo tiempo.
- Bueno, ¿por dónde íbamos?- dice Dani intentando volver a besarme.
- Yo me voy ya, Dani.
- ¿Cómo?
- Tengo que irme, mañana me tengo que levantar temprano, tengo comida con las chicas y que hacer la maleta. Mi hermana viene pronto a por mi.
- Venga Gin quédate a dormir aunque sea.
- Si me quedo tu y yo sabemos lo que pasará.
- ¿Y que importa que eso pase?
- Tengo que hacer cosas mañana.
- Eres mala.
- Lo sé, buenas noches.
- Buenas noches niña pija.
- ¿Niña pija?
- Me ha salido sólo.
- Vale, lo tendré en cuenta.
- Gin...
Me coge de la mano y me planta un beso de dos o tres minutos.
- Buenas noches imbécil.
- ¿Imbecil?
- Me ha salido sólo.- digo con una sonrisa.
Y me voy hacia mi habitación.

Nada más llegar y meterme en la cama hablo un rato con Julia, le cuento todo como siempre y luego hablo con mi hermana Paula por WhatsApp.
Cuando me voy a dormir me llega un WhatsApp que no me esperaba.
"Entonces niña pija, ¿eres mía?" 
El chico de ojos marrones vuelve a la carga y hace que una sonrisa salga en mi cara.
"Eso ya se irá viendo, imbécil."
 Un último mensaje que me llega suyo.
"No podrás resistirte a mis encantos, preciosa."

Y realmente no se sí podré.



martes, 17 de septiembre de 2013

Capítulo 22.

Narrado por Gin.

Estrés.
Es lo único que puedo decir de estas semanas. Las evaluaciones son lo peor, he estado aislada del mundo.
El día después de la noche en el Funky Buddah me di cuenta que tenía miles de exámenes sin estudiar, así que Julia y yo nos encerramos en la habitación durante estas dos semanas, sobrevivamos a base de cafés y sandwiches para comer.
Apagué mi móvil y no lo encendí hasta que no termine todos los exámenes, porque sabía que era una distracción sin dejar de pensar en que las posibles llamadas o mensajes que podía tener de César.
Pero eso ha supuesto todo aprobado con mi media de notable alto y Julia como siempre todo sobresaliente.
Lo primero que hice fue encender mi móvil, para mi sorpresa no había ni rastro de el chico de sonrisa perfecta, sólo algunas llamadas y mensajes de Ángela y de mi hermana Paula.
Abrí el WhatsApp de Paula que era el más reciente.
- Ey hermanita, ¿que tal los exámenes? Seguro que genial. Sólo quería decirte si querías venirte conmigo y con Ángel al aeropuerto para volver a casa. Pasaríamos mañana a las cinco a por ti, si quieres puede venirse alguna amiga. Un beso. Te quiero.
Ángel era el novio de mi hermana, un chico alto moreno y de ojos azules, guapísimo y muy majo lo había conocido aquí.
Llamé a Paula diciéndole que me iría con ella, y me puse a hacer las maletas hasta que una chica rubia entró chillando y me interrumpió como siempre.
- ¡He aprobado, he aprobado, he aprobado, he aprobado matemáticas! ¿Puedes creértelo? Navidades sin estudios, esto es vida.
- Ángela cuantas veces te tengo que decir que me matarás de un infarto si entras siempre así a mi habitación sin llamar.- resalte esto último que tantas veces había dicho.
- Soy una chica muy expresiva, no puedo reprimir mis sentimientos.
- ¿De verdad? No me había dado cuenta...
Acto seguido me tiro un cojín de mi cama, en la que estaba tumbada.
- ¿A dónde vas a ir estas vacaciones Gin?
- A Madrid con mi familia, supongo ¿y tu? ¿Irás a Valencia?
- Si, pero el dos de enero me vuelvo aquí, quiero organizarme así no llego tan de golpe, Sam se viene conmigo también.
- Es una buena idea.
- Vente con nosotros, lo pasaremos bien aquí.
- Me lo pensaré.
- Eso es un si, ¡genial! Voy a empezar a hacer planes creo que...- antes de que siguiera la interrumpi. 
- Ángela, los sentimientos y la adrenalina, relajalos.
- Esta bien, ¿vendrás a la fiesta de despedida?
- ¿Hay una fiesta?
- Claro, ¿no te has enterado?
- He estado un poco desconectada últimamente...
- Se nota, me harte de ponerte whatsapps, bueno ¿vendrás? 
- Supongo que si, pero no se que ponerme.
- Pásate por mi habitación a las seis, veré si puedo hacer algo contigo.
- Me das miedo cuando te pones así.
Ella suelta una carcajada y sale por la puerta.
- Por cierto va a venir Dani y creo que quiere verte.-dice chillando.
- No me ha....
- Ts, calla.- y se va cantando por el pasillo alegre.

Dani.
Estos días las únicas veces que lo he visto han sido en clase o por los pasillos, no hemos vuelto a hablar desde la bronca de la discoteca.
Cuando nos cruzamos nos miramos y rápidamente apartamos la mirada los dos.
¿Qué sería lo que querría hablar conmigo?
No puedo caer otra vez en sus redes, me andaré con cuidado.

Narrado por Dani.

Gin.
No me la puedo quitar de la cabeza.
Desde el día que la vi irse con un tío en un coche de la discoteca no he podido parar de pensar en ella. 
¿Quien era el? ¿Era su amigo? ¿Su novio? ¿Por qué se fue con el?
Esas preguntas no paraban de rondar en mi cabeza.
Tenía que hablar con ella, no podía irme sin solucionarlo.
- Hola Ángela, ¿sabes dónde esta Gin?
- Pues iba para su habitación a verla, estos días ha estado estudiando mucho y no ha salido.
- ¿Irá a la fiesta?
- Si no va, la convenceré ¿por qué?
- Necesito hablar con ella, es importante.
- Pues raptala o algo parecido porque no creo que se pare a hablar contigo, ya sabes como es.
- Demasiado bien, bueno tengo que irme, nos vemos.
- Adiós Dani.

Ángela tenía razón Gin no querría hablar conmigo... Raptarla no puedo claro.
Pero ahora que lo pienso algo parecido si puedo hacer...

Narrado por Gin.

Llego a las seis y media a la habitación de Ángela.
Su habitación parece un salón de belleza, encima de la cama hay miles de vestidos su escritorio esta lleno de cosas para maquillar y peinar.
Yo llevaba una bolsita con ropa interior que me dijo que me llevara por WhatsApp.
- Vaaaaaya, esto parece un salón de belleza.
- Oh esto no es nada, deberías verme cuando me arreglo.
- Yo había pensado en algo sencillo, quizás podría llevar una coleta alta...
- ¿Coleta? Ni de coña, no es una noche, es la noche Gin. Métete a ducharte y cuando termines salgo con el pelo húmedo y cepillado.
- Si, mi sargento...

Cuando salgo de ducharme, Ángela ya tiene todo preparado una camiseta de encaje rosa clarito de manga corta, con unos pantalones largos de cuero negros muy ceñidos, unos tacones negros y como toque final un collar dorado.
Antes de que me ponga la ropa, Ángela me alisa el pelo, y después me lo ondula con unas tenacillas después me da una base de maquillaje tapando los granos que me han salido a causa de chocolate que había estado comiendo estos días y luego me maquilla los ojos de negro y rosa, un toque de gloss en los labios y perfecta.
- Deberías dedicarte a esto.
- Lo sé, es un don innato. Voy a vestirme.
La verdad es que me costaba un poco respirar dentro de los pantalones de Ángela, ella estaba más delgada que yo y se notaba bastante.
Sale del baño con su pelo recogido en una trenza con su flequillo recto suelto como siempre, lleva una camisa blanca con unos pantalones negros y unos tacones plateados. 
- Guau, Sam se va a poner contento esta noche.
- Y Dani también.
- Ángela...
- Vale vale, bueno baby ¿nos vamos?
- Claro.

Entramos en el salón donde se celebra la fiesta, oigo unos cuantos silbidos y algún otro comentario de mal gusto hacia nosotras, pero me da igual esta noche únicamente me lo voy a pasar bien con mis amigas.
Y sólo con mis amigas.
Después de bailar con Ángela, Helena, Coral... Voy un momento al baño en el pasillo voy pensando en Dani, que raro Ángela dijo que vendría y no lo he visto en toda la noche. 
Gin sácalo de tu cabeza, no te conviene.

Pero de repente alguien me coge desde dentro de un cuarto, no me da tiempo a gritar por que me tapan la boca con la mano. Todo esta a oscuras, no se ve nada hasta que se enciende una pequeña bombilla colgada del techo, veo que estoy en el cuarto de la limpieza.

Y en frente de mí, con la tenue luz de la bombilla veo a un chico moreno de ojos marrones tapándome la boca, muy serio frente a mí.  


martes, 10 de septiembre de 2013

Capítulo 21.

Narrado por Dani.

Mierda. Mierda. Mierda. La he cagado pero bien. Tengo que ir a por Gin ya. 
Pero cuando salgo a la puerta veo a Gin entrando en el coche de otro chico, ¿quien será?, me suena su cara pero no consigo reconocerlo.
Veo que Gin se da cuenta de que he salido y me mira desde la ventanilla, en ese momento Belén aparece detrás de mi.
- ¿Por qué has salido tan rápido?
En ese momento no se me ocurre otra cosa nada más que besar a Belén, para que Gin se de cuenta de lo que se pierde.
Ella gira la cabeza dolida, si ella juega con todos yo también.
Ninguna chica me cambiará nunca. Nunca.

Narrado por Gin.

Entro en el coche de César y mientras el arranca veo como Dani sale fuera de la discoteca y se queda mirándome, después sale la rubia descerebrada y se besan.
Definitivamente Dani ha perdido los pocos puntos que le quedaban conmigo, giro la cabeza para no contemplar esa repulsiva escena.
- ¿Una mala noche?
El comentario de César me hace volver a la realidad.
- Pésima.
- Bueno voy a poner algo de música, eso siempre anima.
En la radio empieza a sonar una canción de un grupo de chicos bastante pegadiza y empiezo a tararear el estribillo que se repite.
- ¿Te gusta Green Day?- me pregunta César cuando me oye tararear.
- ¿Estos son Green Day?
- Si.
- Entonces me gustan.
- Genial, ya tenemos algo más en común a parte de los rizos.- me dice con una de sus rompedoras sonrisas, que hace que sonría por primera vez en un buen rato.
- ¿No sabes quien soy? ¿Ni te suena haber oído hablar de mi?- ese comentario me deja un poco confundida.
- No...¿debería conocerte de algo?

Mi móvil empieza a sonar e interrumpe nuestra conversación.
- ¿Sí?
- Gin, ¿dónde te has metido? Te he visto a salir y como no entrabas le he preguntado a la Barbie que donde estabas y me ha dicho que te has ido.- Ángela con sus particulares gritos casi me deja sorda.
- Eh pues estoy con...- me quedo mirando a César sin saber que decir- un chico que he conocido en la discoteca.
- Mira si serás guapa que hasta con el conjunto de lío de una noche te vas a la cama con un tío, ¿estará bueno no?
- Mira que eres burra.
- Gin te dejo, un chico de tercer grado me esta mirando demasiado y tengo que dejarle claro que tengo novio.
- Vale, te quiero adiós.
- Usa condón, yo también te quiero, adiós.
Y antes de que cuelgue oigo como se pone a llamar al supuesto chico de tercer grado.
Ángela tenía grados para calificar a los chicos, el de tercer grado era moreno con ojos marrones, segundo grado rubio con ojos azules o verdes y primer grado moreno con ojos verdes o azules.

- ¿A dónde te llevo?- me pregunta César.
- A la residencia del internado que esta a las afueras, yo te guío.
- ¿Estas en un internado?
- Si, es un horror la verdad.
- Yo también estuve en uno y odiaba tener que llevar uniforme.
- Ya son tres cosas en común las que tenemos.- le digo con una sonrisa.
- Genial, dicen que hay que tener 20 cosas en común para que al salir con una chica todo vaya bien, oye ¿te apetece tomar la última copa?
- Pues la verdad es que creo que hoy he bebido suficiente.
- Entiendo...
- ¿Cómo es eso de las 20 cosas que hay que tener en común?
- Sí, mira si dos personas tienen 20 cosas en común las probabilidades de que todo salga bien son más altas, o eso leí.
- No estoy de acuerdo.
- ¿No?
- No, ¿nunca has oído que los opuestos se atraen? Muchas personas son distintas pero encajan como pareja perfectamente.
- Es un buen razonamiento, bueno hemos llegado.
- Encantada de conocerte César, muchas gracias por traerme espero que nos veamos algún día.
- Seguro que nos vemos algún día más, toma mi tarjeta esta mi número de teléfono y mi twitter, hablamos Gin.
- Claro, hasta luego.
Y su coche se aleja de mi horrible internado. 

Oigo unos pasos y me encuentro con Julia que llegaba del cine.
- Hola Julia, ¿y Coral?
- Se ha encontrado a una amiga y se ha ido con ella.
- Ah ya veo.
- ¿Y tu no estabas en la habitación con un kilo de helado?
- Déjame que te cuente.
De camino a la habitación le cuento a Julia todo lo que me ha pasado en esta noche y ella como siempre escucha muy atenta.
- A Dani le come la cabeza la rubia esa, que es que es mala pero bueno me interesa mucho ese chico misterioso César.
- Me ha caído muy bien, a ver si lo veo algún día.
- Y si no déjamelo a mi anda.
- Lo he visto primero, lo siento.
- Eso decís todas, buenas noches ricitos.
- Buenas noches Julia.

Me tumbo en la cama y mientras pongo música con mi iPod rosa, me pongo a pensar en todo lo que me esta pasando últimamente y caigo en la cuenta de que no he mirado la tarjeta de César todavía, la cojo nerviosa de la mesa donde tenía las llaves y el móvil y la alumbro con la luz de iPod.

"César Martínez. Estudiante de negocios, camarero y encargado de las listas de la discoteca Funky Buddah." Y detrás ponía como contactar con él.
Claro por eso le dieron los cubatas tan pronto, él también es camarero a parte conocerá a miles de famosos porque es el quien organiza quien pasa al Funky Buddah, por eso me dijo que si no lo reconocía.
Mis ojos se cierran de cansancio pero mi último pensamiento no es como siempre para el de ojos castaños, si no para el chico de la sonrisa perfecta.

martes, 3 de septiembre de 2013

Capítulo 20.

Narrado por Gin.

Ángela y yo seguíamos esperando a Dani en la entrada mientras hablábamos.
- ¿Y Sam no viene?
- Esta malo tiene fiebre, quería quedarme con él pero me ha dicho que tu me necesitabas más hoy.- me dice con una sonrisa.
Yo lo único que hago es darle un abrazo y susurrarle al oído gracias. En ese momento aparece Dani, pero no viene sólo una rubia perfectamente arreglada y maquillada aparece a su lado cogiendo su mano.
- Hola Gin, ¿qué tal? Me he enterado de lo de Marco, que capullo.- dice Belén saludándome con dos besos.
- Gracias, si si claro, es un capullo.- digo algo confusa.
- Bueno, ¿nos vamos?- dice Dani.
- Claro, el Funky Buddah nos espera.- dice Ángela.
- ¿El Funky Buddah?¿Estás loca? No vamos a poder entrar ahí ni de coña, es una de las discotecas más importantes y exclusivas de Londres.- digo yo sorprendida.
- Tranquila mi hermana es la novia de el hombre de seguridad que hay en la puerta y nos ha colado en la lista, ha sido pan comido.
- Cada día me sorprendes más Ángela.- digo yo.
- Lo sé lo sé, soy magnífica, pero llegamos tarde así que vamos.

Después de media hora de autobús y un paseo por Londres llegamos al Funky Buddah, Ángela le da dos besos al portero y pasamos a la fiesta. 
Hay muchísima gente y conozco alguna que otra cara famosa entre las personas que hay en la zona VIP.
- Oye Gin perdona, no sabía que la muñequita esta rubia se iba a venir, si quieres nos vamos.- me dice Ángela.
- ¿Estas de broma? Estamos en la discoteca más importante de Londres, no me pienso ir por la Barbie esta.
- Así me gusta, pero en cualquier momento puedo arrancarle los pelos de cuajo, aunque te agradecería que no porque tengo las uñas recién hechas.- suelto una carcajada ante el comentario de mi amiga.
- Tranquila, creo que a tus uñas no se van a estropear, voy a pedir algo ahora nos vemos.

Cuando estoy llegando a la barra noto que una mano me coge del brazo. Ese olor a colonia One Million me resulta demasiado familiar.
- Gin espera.
- Ten cuidado no te vaya a ver tu novia.
- Está en el baño, pero eso no importa déjame explicártelo.
- Tranquilo, ya esta todo muy claro.
Y me alejo de él yendo hacia la barra a por algo que me haga olvidar.

Narrado por Dani.

Unas horas antes.

Me dirijo a mi habitación para cambiarme e irme con Gin y Ángela, no puedo dejar que Gin haga ninguna tontería yo se que ella sigue dolida por lo de Marco.
Salgo de la habitación par a encontrarme con las chicas cuando una voz aguda detrás de mi hace que me pare.
- ¿A dónde te crees que vas?- dice Belén enfadada.
- A una fiesta.
- ¿Y no me vas a decir que me vaya contigo?
- Pues no se creo que tienes cosas mejores que hacer por lo que veo.
- Mira tu y yo somos pareja y aunque no nos queramos mucho hay que aparentarlo, me voy contigo.
- ¿Cómo?
- Mira Dani que más te da, sólo es para que nos vean un poco por aquí juntos, luego si quieres te vas con la niñata esa.
- No la llames niñata.
- Vale vale, venga que más te da.
- Esta bien pero deja a Gin en paz, ¿entendido?
- Entendido.- dice cuando empezamos a pasear juntos por los pasillos cogidos de la mano saludando a todo el mundo.

Si Gin me escuchara, sabría lo que de verdad habría pasado pero no quiere, allá ella. No voy a estar detrás de nadie. No soy así por nadie, o hasta ahora no lo era.

Narrado por Gin.

¿Cuántos llevo ya?¿Tres, cuatro? He perdido completamente la cuenta de lo que he bebido.
Eso si lo que he bebido equivale a los chicos con los que me he liado, o quizás más, llevaré unos cuatro o así. Y no me siento bien, yo no soy así.
Me voy a la barra a pedir mi cuarta o quinta copa, pero eso sí, sola no pienso liarme con nadie más.
Llevo como quince minutos pidiéndole mi bebida al camarero, pero pasa de mi esta concentrado en chicas con más escote y más guapas que yo, me siento en la silla y resoplo.
- Un vodka con naranja y lo que quiera la señorita.
Miro hacia arriba y veo a un chico guapísimo, de ojos azules y el pelo castaño rizado.
- Otro como él, por favor.
En menos de un minuto teníamos los cubatas encima de la barra.
- ¿Por qué a ti te han hecho caso?
- El camarero y yo somos viejos amigos.
- Ah, bueno muchas gracias.
- Me llamo César, encantado.- dice extendiéndome la mano.
- Igualmente, yo soy Ginebra pero mis amigos me llaman Gin.
- Bonito nombre, como la de "Tengo Ganas De Ti".
- Me lo suelen decir bastante.
Y cuando digo esto me sonríe, era la sonrisa más perfecta y bonita que había visto nunca y en sus mejillas se hacían dos pequeños hoyuelos que eran encantadores.
- ¿Te lo estabas pasando bien eh?
- ¿Cómo?
- Te he estado observando, con los chicos en la pista.
- Ah, no soy así te lo prometo, es que mi novio me ha engañado y...
- Querías olvidar y pasártelo bien una noche.
- Exacto.
- Me ha pasado alguna vez.
- ¿Con lo guapo que eres? No me lo creo.- esa sonrisa de nuevo.
- Créeme pasa.
- Bueno te creo.
En ese momento miro a la pista y veo a Dani mirándome, esta sólo y me dice que me acerque con una señal.
- César ahora mismo vengo.
- Aquí estaré.- Otra sonrisa más.

- ¿Qué quieres?- le digo seria.
- ¿Este qué es el quinto?
- ¿Cómo?
- Si, he contado Gin y van cuatro.
- Yo...
- Tu no eres así Gin.
- ¿Y tu que sabes como soy?
- Te conozco mejor de lo que crees.
- Pues entonces deberías saber lo mal que estoy por traerte a Belén.
- Me ha obligado Gin.
- Pues no se desde cuando te dejas mandar por ella.
- Es... Complicado Gin.
- Lo que tu digas.
- ¿Eres siempre tan borde?¿Por qué no dejas ya esta faceta tuya de chica dura? Déjalo ya Gin, no vales para estar así siempre.
- Entiendo que para ti no valga, pero soy así y no pienso cambiar por ti.
- Gin no quería decir eso así...
- Mira Dani...
- ¿Qué pasa aquí?- la que faltaba, la rubia descerebrada.
- Nada, estaba despidiéndome de Dani me voy a casa, ya nos veremos. Que lo paséis bien.- y me aleje de allí lo más rápido que pude.

Mire hacia la barra y César no estaba allí, normal, demasiado bueno para ser cierto. ¿Qué te crees Gin? Sólo eres una chica de diecisiete años normalita. Las lágrimas empiezan a caer por mis mejillas cuando salgo del Funky Buddah. Está lloviendo, algo bastante normal en Londres, y estoy empezando a empaparme pero me da igual ahora mismo. 

Me quedo pegada a la pared esperando a que pare un poco para poder irme cuando un coche negro aparca enfrente de mí, no le doy importancia porque pienso que vendrán a buscar a alguien.
Pero en ese momento la puerta del coche se abre y su preciosa sonrisa vuelve a salir diciéndome con la mano que me meta, pero yo me quedo paralizada. Veo que él se baja del coche.

-¿Me vas a obligar a cogerte y meterte dentro?- dice César dejando que sus hoyuelos salgan a la luz de nuevo.