miércoles, 25 de septiembre de 2013

Capítulo 23.

Narrado por Gin.

- Que guapa está esta noche Srta. Fernández.
Y cuando dice esto me quita la mano de la boca para que pueda hablar.
- ¡¿Estás loco?! ¡¿Pero qué te pasa?!
- Sabía que por las buenas no hablarías conmigo.
- Normal, ¿puedo irme ya?- Digo yéndome hacia la puerta.
- Espera Gin.- dice cogiéndome de la muñeca.
- ¿Qué?
- No me quiero ir a Madrid sin arreglar esto Gin.
- Pues me parece que te vas a quedar con las ganas de solucionarlo.
- Venga Gin, tampoco fue para tanto.
- No ha sido una Dani ya van muchas, a parte tienes novia y entiendo que quieras estar con ella.
- Ya no.
- ¿Cómo?
- He dejado a Belén, cuando te fuiste de la discoteca con aquel chico me llene de rabia y comprendí que la única que me importas eres tú.
- Pero si besaste a Belén.
- Fue un acto de rabia, pero te juro que no sentí nada y en el momento que te fuiste la deje sabía que no podía seguir con ella.
- Ah...
- ¿Bueno entonces... Todo arreglado?
- ¿Eso es una disculpa?
- ¿Qué quieres que me ponga de rodillas y te suplique que me perdones?
La verdad es que le iba a perdonar pero esto era más gracioso.
- Sí.
- ¿En serio?
- ¿Ves que esté de broma?
- Bueno vale.
Se pone de rodillas delante de mi y me coge la mano.
- Por favor Gin perdóname he sido un cabrón un gilipollas un estúpido... Oye me puedes parar.
- A mi todavía se me ocurren más.
- Bueno el caso, ¿me perdonas?
- Bueno vale, ahora déjame que me vaya.
- Ni de coña.- me coge las piernas y me tira al suelo con el.
- Ay, me has hecho daño bruto.
- Madre mía que blanda eres.
- Pues no, imbécil.
- Oye ¿y si tu y yo pasamos de la fiesta y celebramos que estamos bien a lo grande?
- ¿A lo grande?
- Ven.

Dani me coge de la mano, salimos del cuarto de la limpieza y me lleva hasta su habitación. Cuando entramos veo una manta en el suelo con una vela en el centro y dos bolsas de Mc Donald. Suelto una carcajada.

- Me encantan las cenas de lujo de Mc Donald.
- He pedido tu hamburguesa favorita.
- ¿Ah sí?
- Carne, queso y cebolla nada más.
- Muy bien, muy bien.
- Y de postre un Mc Flurry de Kit-Kat para los dos.
- Vaya, te lo has currado.
- Si, venga que se enfría.

Nos sentamos en el suelo y empezamos a comer nuestros menús, me sentía como si nada hubiera pasado con Dani, como si volviéramos a esas citas en las que uno tenía que superar al otro.

- Una cosa, ¿cómo sabías que me iba a venir contigo?
- No lo sabía.
- Eres de lo que no hay.
- Si no hubieras venido habría tenido más cena.
- Si quieres me voy.
- No, no. Sabría que vendrías, no podrías resistirte.
- Flipado.
- ¿Qué vas a hacer estás Navidades?
- Pues supongo que estar en Madrid con mi familia.
- Yo me vendré antes, sobre el dos o el tres de enero.
- ¿Con Sam y Ángela?
- Exacto, y no se quizás podrías venirte, si quieres.
- Claro, me encantaría.
- Bueno y... ¿Tu y yo que somos ahora?- dice acercándose más a mi.
- Amigos, como antes ¿no?
- Gin, vamos tu y yo somos algo más que amigos y lo sabes.- su boca estaba a centímetros de la mía.
- Pues quizá seamos... Amigos con derecho a roce.

Justo cuando termino de decir esto noto su mano en mi nuca empujando mi cara a la suya, y empezamos a besarnos, su boca tiene todavía el sabor a chocolate del helado de Kit-Kat por lo que los besos son más dulces todavía. Nuestros cuerpos se tumban en el suelo, encima de la manta.
Los besos continúan cada vez con más pasión.
- Gin yo solo quiero que seas mía, ¿entiendes? No quiero compartirte con nadie.
- Entonces no dejes que lo haga.

Le agarro de la camisa y lo acerco de nuevo a mi volviéndonos a besar cada vez más deprisa, nuestras lenguas juegan y me empieza a quitar la camiseta y yo a le desabrocho la camisa, sus abdominales salen a la luz y empiezo a pasar sus manos por su torso desnudo y me acaricia la espalda de arriba a abajo.
Cuando mis pantalones, o mejor dicho los de Ángela, están bajando ya por las rodillas, la puerta de abre y aparecen Sam con Ángela de la mano.

- Uy lo siento chicos, no quería...
- Sam sal ya.- dice Dani.
- Voy voy.
- Lo sabía lo sabía sabía que iban a acabar así.- se oye a Ángela por detrás.
- Ángela cállate.- le digo yo.
- ¿Quieres cerrar la puerta de una vez?- dice Dani.
- Lo siento, lo siento.
Y se van los dos, Dani y yo suspiramos al mismo tiempo.
- Bueno, ¿por dónde íbamos?- dice Dani intentando volver a besarme.
- Yo me voy ya, Dani.
- ¿Cómo?
- Tengo que irme, mañana me tengo que levantar temprano, tengo comida con las chicas y que hacer la maleta. Mi hermana viene pronto a por mi.
- Venga Gin quédate a dormir aunque sea.
- Si me quedo tu y yo sabemos lo que pasará.
- ¿Y que importa que eso pase?
- Tengo que hacer cosas mañana.
- Eres mala.
- Lo sé, buenas noches.
- Buenas noches niña pija.
- ¿Niña pija?
- Me ha salido sólo.
- Vale, lo tendré en cuenta.
- Gin...
Me coge de la mano y me planta un beso de dos o tres minutos.
- Buenas noches imbécil.
- ¿Imbecil?
- Me ha salido sólo.- digo con una sonrisa.
Y me voy hacia mi habitación.

Nada más llegar y meterme en la cama hablo un rato con Julia, le cuento todo como siempre y luego hablo con mi hermana Paula por WhatsApp.
Cuando me voy a dormir me llega un WhatsApp que no me esperaba.
"Entonces niña pija, ¿eres mía?" 
El chico de ojos marrones vuelve a la carga y hace que una sonrisa salga en mi cara.
"Eso ya se irá viendo, imbécil."
 Un último mensaje que me llega suyo.
"No podrás resistirte a mis encantos, preciosa."

Y realmente no se sí podré.



2 comentarios:

  1. Jujusjusjusjus Dani s ha quedado con ganas de mas *---* hopeee siguelaa ! Porfasplis sigue *^* no puedo aguantar mas me encanta tu novela es una de mis favoritas :')

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