viernes, 5 de julio de 2013

Capítulo 4.

Narrado por Gin.

Ángela casi se desmaya al saber que no tengo ni una falda, bien vestido para ponerme para la fiesta así que sin falta, la tarde antes de la fiesta decide irse conmigo de compras por el centro de Londres.
La verdad es, que me apetecía bajar al centro a comprar aunque el tiempo como siempre no acompañara mucho.
Primero fuimos a unas tiendas bastante caras de las que no me podía permitir ni siquiera un bolso, así que a regañadientes convencí a Ángela a que me llevara a tiendas más baratas o de segunda mano, la segunda opción la descarto en un momento.
Tras probarme varios vestidos decidimos que me compraría unos pantalones y una camisa arreglada porque todos los vestidos que me probaba eran demasiado arreglados. Después de mil modelitos elegidos por Ángela encontramos el perfecto, unos pantalones negros pitillo, con una camisa rosa salmón sin mangas y una americana negra, y unos tacones negros con sus complementos. La verdad tenía que admitir que Ángela tenía muy buen gusto.
Nos fuimos corriendo a la residencia, porque llevábamos el tiempo justo. Me alise el pelo, lo suelo hacer siempre para las ocasiones especiales ya que mis rizos no suelen estar muy presentables a veces, me maquille un poco para quitar los granos, un poco de colorete, raya en el ojo y lista.

La fiesta era en unos de los salones de la residencia, bastante bonito. Me quede con Julia y Coral, porque como suponía Ángela se iría con Sam y los demás jugadores y animadoras, pasamos un buen rato hablando de nuestras vidas, aunque de la mía no hubiera mucho que contar. Se nos acercaron algunos chicos ofreciéndonos, como no, ir al baño con alguno de ellos, o simplemente ir a dar un paseo pero las tres sabíamos perfectamente a que se refería "el paseo".

Julia y Coral se fueron bastante pronto, así que Ángela se vino conmigo y me presentó a una chica que se llamaba Helena, era morena en color de piel y pelo,con grandes ojos marrones y bajita. Esa noche llevaba un vestido de marinerita que no se por que me hizo gracia. Era un chica abierta y muy extrovertida que cogía confianzas enseguida pero me caía bien. Ella también se fue y nos dejó a mi y a Ángela solas. 
Pero la verdad es que no podía negar que había estado toda la noche mirando a Dani, estaba realmente guapo con el polo rojo y las bermudas azules. 
- ¿Quieres algo de beber?.- dijo Ángela. -Gin hola estoy aquí.
- Eh, si si una coca cola por favor.
- Vale, pero no mires tanto a Dani que se te van a salir los ojos.- dice riéndose y se va a por la bebida.
¿Tanto se me notará? Tengo que controlarme y olvidarme de el. No va a pasar nada entre nosotros dos, ¿o quizás si? No, no va a pasar nada, el esta con la mosquita muerta y yo sola, y así es como mejor se esta. Exacto. Sola. Nunca he tenido novio bueno si no contamos parvulititos claro. Mi madre me contó que en esa etapa de mi vida era un poco fulana, me gustaba un chico pero cada día me iba con uno porque me aburría estando con uno sólo.
Bueno el caso es que tengo que olvidarme de el como sea, es el típico chico que se lía con todas, y no me apetece sufrir por alguien así. Decido. No pienso enamorarme, tengo 17 años, estoy en la flor de la vida.

Pero pensando esto detrás de mi huelo un aroma un tanto peculiar, "one million", no puede ser.

- Hola Gin, estás muy guapa.


No hay comentarios:

Publicar un comentario