Dani y yo nos levantamos a las 6, es sábado y no creemos que haya mucha gente por el internado. Llegamos al internado a las seis y cuarto y conseguimos meternos sin que la conserje que hay en la puerta nos vea, esta demasiado entretenida con un sudoku. Nos quedamos en un pasillo.
- Uf, ha faltado poco.- digo yo descansando sobre la pared.
- Ha estado bien tenemos que repetir.
- Si, pero la próxima vez lo repites con tu novia.- Cuando digo esto intento irme pero Dani me coge del brazo y me lleva hacia él.
- ¿No me das un beso de despedida?
Y justo cuando termina de decir eso, veo a la conserje que viene a lo lejos.
- Mierda la conserje.- digo. Nos va a pillar con la ropa de ayer y nos llevará al director.
- Es cierto, adiós.- dice Dani y sale corriendo.
Me quedo sin palabras cuando se va, no me puedo creer lo que ha hecho. Lo mejor de todo es que la conserje me ha visto. Y me llama. Me entra el pánico no se que hacer, nada más que quedarme donde estoy paralizada, pensando en la bronca que me llevare cuando me expulsen. La conserje cada vez esta más cerca.
De repente mi salvación, una chica morena de pelo rizado y ojos verdes pasa por allí no puedo dejar pasar la oportunidad.
- Oye chica.
- ¿Qué?
- Necesito que me ayudes, se que no me conoces y que te daré igual pero tienes que ayudarme te daré lo que quieras después a ver esa conserje va a venir y me preguntara que de donde vengo etcétera tienes que inventarte una excusa o algo sígueme el rollo lo que sea para que no me pille, dime que lo harás.
- Si, te ayudare tranquila.
- Muchísimas gracias, mi nombre es Gin por si acaso y tu eres...
- Cris.
- Cris, vale perfecto.
Nos dijimos todo justo a tiempo.
- ¿Eh tu de donde vienes así?
Me quedo sin palabras
- De mi habitación, ha dormido allí, ayer después de la fiesta se vino conmigo porque se olvidó la llave, y no encontraba a su compañera.
- Eso.
Esta chica vale para la improvisación.
- ¿Y tu sin conocerla la has dejado dormir en tu habitación, además donde ha dormido si estaba u compañera?
- Si la conozco, se llama Gin nos hicimos ayer amigas en la fiesta, yo es que cojo confianza enseguida en las personas, no se sí será un defecto. Mi compañera da la casualidad que este fin de semana se ha ido con sus padres, tenía permiso.
- Eso.- es la única palabra que me sale a mi en ese momento.
- Esta bien por esta vez lo dejare pasar, pero no te quito el ojo de encima Ginebra, porque de ahí viene Gin ¿no?
- Descuide señora, no notara que estoy aquí y sí, me llamo Ginebra.
Y después de que se vaya me siento en el suelo, de la que me he librado y todo gracias a Cris.
- Muchísimas gracias Cris ¿que quieres a cambio?
- Nada, en serio ha sido un favor.
- Te invito a un café en Starbucks.
- Bueno si insistes, ¿esta tarde a las 5 y media en el hall?
- Perfecto.
- Allí nos vemos.
- Hasta esta tarde.
Llego a mi habitación y le cuento todo a Julia, necesitaba desahogarme, ella me comprende y comprende también lo gilipollas que ha sido Dani, que no piense que le voy a volver a hablar.
No bajo al comedor a comer, no tengo hambre además tampoco quiero encontrarme con Dani la verdad. Duermo hasta que llega la hora de irme con Cris al Starbucks. Me pongo una sudadera, vaqueros y converse lo más cómodo que tengo me arreglo un poco el pelo con las manos que todavía sigue liso y me bajo al hall a esperar a Cris. Cuando llega nos vamos al centro donde se encuentra el Starbucks.
De camino nos vamos conociendo, Cris es una chica muy maja y muy guapa, a parte es muy deportista y me dice que le gustan todos los deportes pero el que más el baloncesto y que jugaba en un equipo hasta que se vino a Londres.
Llegamos por fin a Starbucks, llego a la mesa en la que se ha sentado Cris con dos vasos con nuestro nombre, el mío es un Frapuccino, ella en cambio se ha pedido un batido de chocolate. También he comprado dos munffings que están buenísimos.
- Bueno y tu y Dani que ¿sois amantes o algo parecido? Porque el sale con Belén.
- Que va lo de anoche fue un malentendido no va a pasar nada.
- Que pena hacéis buena pareja.- dice dando un sorbo al batido.
- Que va, el y yo somos totalmente distintos no pegamos ni con cola.
- ¿No has oído nunca lo de que los opuestos se atraen?
- Si, pero creo que no es válido en este caso.
- A mi me parece que sí, pero bueno, ¿nos vamos? Ya está anocheciendo.
- Claro.
Llegamos a la residencia y me despido de Cris con dos besos diciendo que teníamos que repetir, y cuando estoy abriendo la puerta de mi habitación huelo a alguien detrás de mi que lleva "one million".
- Hola Gin, sobre lo de esta mañana...
- Piérdete Dani.
Y le cierro la puerta en las narices. Me tumbo encima de la cama y pongo la música de iPod a tope para no escuchar a Dani llamando a la puerta y gritando mi nombre diciendo que por favor le abriera que teníamos que hablar.
No le iba a perdonar. O eso creía.
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